¿Cómo estimular la motricidad gruesa y fina en los niños?

Última actualización: 27.04.24

 

Estimular las habilidades motoras en los niños es algo que debe ser parte de su rutina diaria, aunque sea por unos minutos al día. Aunque no lo parezca, trabajar la motricidad fina y gruesa afecta directamente el desarrollo cognitivo, lo que facilita el aprendizaje de diversas cosas a lo largo de la infancia.

 

Cuando se habla del aprendizaje de los niños, la mayoría piensa directamente en la parte académica, como las palabras y los números. Sin embargo, los niños pequeños necesitan aprender mucho más que eso, pues el desarrollo mental viene de la mano con el desarrollo físico. Por esa razón, desde edades tempranas, se recomienda presentarles actividades de psicomotricidad fina y gruesa, que les permita obtener beneficios integrales.

Enfocarse en las habilidades motoras gruesas y las habilidades motoras finas no es dejar de lado el avance cognitivo, como podría pensarse, pues la neurociencia ha demostrado, mediante diversos estudios, que el ejercicio impacta positivamente en la estructura cerebral y sus funciones. Por lo tanto, incorpora algunas actividades relacionadas a estas dos habilidades para lograr el avance correcto de tu pequeño.

 

¿Qué es la motricidad gruesa?

Este tipo de motricidad hace referencia a los grandes movimientos del cuerpo. Es decir, las acciones de carácter más amplio, como correr, caminar y saltar.

La psicomotricidad gruesa es la primera que se adquiere y se desarrolla de forma progresiva desde los primeros meses de edad. Estimular esta habilidad motora no es muy complicado y, a medida que el niño crece, se pueden realizar actividades acordes a su edad.

 

0 a 6 meses

Los bebés en sus primeros meses no realizan movimientos voluntarios. Estos comenzarán a partir de los 4 meses. Por lo tanto, la estimulación de la psicomotricidad gruesa se realiza haciendo ejercicios suaves con ellos y también ofreciéndoles juguetes para que los agarren.

6 a 12 meses

En este momento ya puedes animar el desplazamiento del niño, estimulando su gateo o sus primeros pasos. Recuerda que no se debe forzar al pequeño, solo motivarlo.

Sus músculos, gracias a estas actividades, se fortalecerán progresivamente y la identificación del entorno será cada vez más efectiva. Puede pulsar botones y hasta colocar bloques unos sobre otros, en algunos casos.

 

1 a 3 años

El niño empieza a ser más independiente en este rango de edad, por lo que puede estar reacio a que lo ayudes. Sin embargo, en este momento, ya podrás animarlo a subir escalones con ayuda, jugar a hacer rodar pelotas, animarlo a saltar con dos piernas y empezar a correr.

 

3 a 5 años

Esta edad es el momento preciso para que, además de adquirir habilidades nuevas, se consoliden las ya aprendidas. Entre las actividades de motricidad gruesa para niños de 4 a 5 años que puedes realizar se encuentra el juego con plastilina, abrir y cerrar envases, y permitirles vestirse por sí mismos.

Por otra parte, para esta etapa, ya los niños no necesitarán ayuda con las escaleras, ni se tambalearán al correr.

 

5 a 7 años

Entre los 5 y los 7 años se considera que los niños ya deben estar cerca de adquirir su autonomía total. Los pequeños logran mantener el equilibrio de forma más efectiva, se perfeccionan movimientos de alta complejidad y se automatizan algunos otros. Es decir, los niños ya no hacen un esfuerzo consciente a la hora de hacer ciertas cosas.

Para este momento se recomienda introducir los deportes y los ejercicios físicos adecuados para ellos, por ejemplo, jugar con un balón de fútbol.

 

7 años en adelante

A partir de los 7 años, ya los niños alcanzan su maduración motora y, por esa razón, se recomienda que realicen actividades que favorezcan su coordinación y equilibrio.

Si practican un deporte, esto se dará de forma natural. Sin embargo, si no sucede, se recomienda animarlos a mantenerse en movimiento saltando la cuerda, bailando o saliendo a trotar.

 

¿Qué es la motricidad fina?

Como ya sabes qué es la motricidad gruesa, y entiendes que hace referencia al movimiento globalizado, entonces es más fácil comprender la psicomotricidad fina, pues esta se encarga de los movimientos específicos.

Esta capacidad motora se obtiene en edades más avanzadas y tarda más tiempo en perfeccionarse, pues se trata de conseguir movimientos precisos y refinados.

Aquí trabaja la coordinación de todo el cuerpo, movimientos óculo-manuales, interacciones óculo-pédicas y funciones neurológicas que complementan las acciones musculares.

Entre los primeros meses y el primer año de  vida, los niños no tienen una gran coordinación entre sus ojos y sus movimientos. Sus acciones son inconscientes y se basan en reflejos, por lo tanto, se considera que los logros de la motricidad fina se empiezan a mostrar a partir del año, cuando los pequeños logran agarrar cosas solo con sus dedos, pellizcándolas.

1 a 3 años de edad

Es necesario saber cómo trabajar la motricidad fina para ayudar a los niños a ser más ágiles y precisos. Aunque no se vean logros inmediatos, como con las habilidades motoras gruesas, es necesario estimular a los pequeños cada vez más.

Ofrecerles colores gruesos para que hagan garabatos o prepararles actividades en las que deban separar objetos pequeños usando sus dedos son buenas formas de estimulación. Anímalos a usar cada uno de sus dedos de forma individual, ya sea haciendo caricias o señalando cosas.

 

3 a 5 años

Los avances que se verán en este rango de edad son increíbles y, por esa razón, la estimulación no debe parar.

El niño debería ser animado a seguir dibujando y, al mismo tiempo, los padres deben intentar enseñarles cosas como hacer nudos, abotonar, desabotonar y manejar tijeras adecuadas para su edad.

Los pequeños también comenzarán a escribir y sus dedos, manos y muñecas adquirirán más fuerza.

 

A partir de los 5 años

Desde los 5 años en adelante, ya los niños dejan de tener muchos problemas con los ejercicios de motricidad fina y comienzan a perfeccionarlos progresivamente.

En este momento, los pequeños ya pueden aprender a atarse las trenzas, cortar y pegar correctamente, empezar a usar reglas para realizar líneas, etc.

Cuando el niño es pequeño debes saber que cualquier actividad cuenta para el desarrollo saludable de este. En edades tempranas, los niños adquieren muchas habilidades que necesitarán durante toda la vida y, por esa razón, una correcta estimulación ayudará a consolidarlas. Por lo tanto, dedica el tiempo suficiente a la estimulación de la motricidad, pues esta viene de la mano con el desarrollo integral de los pequeños.

 

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