¿Es recomendable hacer deporte con gripe o resfriado?

Última actualización: 20.04.24

 

Algunos dicen que cuando tienes un resfriado o gripe tienes que realizar ejercicios para activar tu sistema inmunológico. Por el contrario, otros afirman que el descanso total te permite recuperar más rápido. Sin embargo, ambas opciones pueden ser una buena idea dependiendo del tipo de enfermedad y síntomas que estés sintiendo.

 

El deporte es bueno para mantener y restaurar la salud de una persona. Además, fortalece el sistema cardíaco, ayuda a la digestión, aumenta la oxigenación y mejora el sistema inmunológico. Por lo tanto, una persona con una buena salud sabe que practicar deportes ayuda a mantener el cuerpo sano. Aunque algunas enfermedades son compatibles con diferentes tipos de ejercicios, otras ameritan excluir por completo la actividad física, por lo que es bueno saber cuándo se puede hacer deporte.

 

¿Para qué enfermedades no se recomienda hacer deporte?

Algunas enfermedades son capaces de debilitar significativamente el cuerpo, por lo que es fundamental ver cuáles son los síntomas y consultar a un médico para comenzar el tratamiento de inmediato. En el caso de la gripe y el aumento de la temperatura corporal, lo más recomendable es no hacer deporte con fiebre, ya que la deshidratación es una de las consecuencias más graves de este síntoma.

En este sentido, es importante saber que el deporte promueve la pérdida de agua a través de la sudoración, por lo que si una persona con fiebre hace ejercicios puede deshidratarse a una mayor velocidad, lo que puede agravar los síntomas, ocasionando calambres, mareos y dolores de cabeza. Por lo tanto, lo más recomendable es estar en reposo e hidratarse continuamente para evitar un déficit demasiado grande de agua en el cuerpo.

Por otro lado, una persona con bronquitis se puede cansar rápidamente si hace ejercicio durante la enfermedad, debido a que el sistema respiratorio sufre una inflamación significativa, lo que ocasiona que no llegue aire óptimamente a los pulmones. Asimismo, tanto la gastroenteritis como la diarrea son incompatibles con el deporte, ya que ambas causan fatiga severa y, en algunos casos, deshidratación.

En la mayoría de las enfermedades transitorias, el cuerpo se mantiene débil durante unos días después de la recuperación, por lo que lo más apropiado es evitar los deportes cuando se tiene una enfermedad que causa agotamiento. En este sentido, lo mejor es prestar atención al organismo y esperar hasta que se haya recuperado para retomar gradualmente la actividad deportiva. En este caso, es recomendable comenzar con una caminata rápida en lugar de un trote. De esta manera, puedes saber si el cuerpo es capaz de realizar más esfuerzos físicos.

Importancia del reposo

El deporte suele ser muy positivo para el cuerpo porque estimula la producción de los glóbulos blancos que están involucrados en la lucha contra bacterias, microbios y virus, que son responsables de la mayoría de las enfermedades. No obstante, cuando una persona tiene alguna afección, el cuerpo se vuelve vulnerable, ya que está combatiendo el problema, lo que ocasiona la fatiga. Es por esto que no se recomienda hacer deporte con resfriado, sobre todo cuando la enfermedad produce fiebre.

Es importante mencionar que el cuerpo necesita de toda su energía para recuperarse de manera óptima, por lo que si te preguntas cómo quitar la gripe de un día para otro lo mejor es descansar, comer alimentos ricos en vitaminas y beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día. De igual modo, deberías evitar correr con resfriado si estás presentando dolores musculares. No obstante, sigue siendo posible, incluso recomendable, practicar algunos deportes para luchar contra otras enfermedades.

 

¿Qué enfermedades son compatibles con el deporte?

Si una persona tiene solamente secreción nasal o dolor de garganta leve, aún puede hacer ejercicio, a menos que se sienta demasiado débil o esté presentando fiebre. Dependiendo de la actividad elegida, entrenar con gripe o ir al gimnasio resfriado puede ser fortalecedor para el organismo. Es necesario saber que el deporte interviene en la prevención de enfermedades crónicas, ya que puede estimular el metabolismo y activar el sistema inmunológico, lo que podría reducir los síntomas.

La actividad deportiva previene las enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que el miocardio se hace más fuerte y durante el ejercicio se estimula la circulación sanguínea y linfática. En este caso, es recomendable practicar deportes de actividad, como el basquetbol, que requiere rebotar un balón de baloncesto mientras realizas otros movimientos.

También, el deporte es el mejor recurso para las personas con dolor de espalda, debido a que generalmente está dolencia está relacionada con las condiciones laborales o el estrés de la vida diaria. En el caso de la espalda, la actividad elegida debe ajustarse al tipo de dolor y favorecer el fortalecimiento de ciertos músculos en esta zona del cuerpo. Por ejemplo, es recomendable practicar deportes acuáticos. 

De igual forma, la obesidad es una patología común en nuestra sociedad y puede resultar perjudicial para la salud al provocar enfermedades más graves, como diabetes, colesterol y obstrucción de las arterias. En ese sentido, la actividad física puede ayudar a combatir el sobrepeso y reducir los riesgos asociados con la obesidad.

¿Qué deportes se recomiendan cuando estás enfermo?

Cuando una persona está enferma, es apropiado hacer actividades deportivas suaves, como el yoga. Por el contrario, hay que evitar los deportes que requieran un gran esfuerzo, como el tenis o el fútbol. Sin embargo, se considera que es bueno hacer deporte resfriado de forma moderada para mejorar el sistema respiratorio. 

Lo más importante es practicar un deporte acorde a tu estado y las dolencias que sientas. Por ejemplo, es posible hacer ejercicio resfriado si ya te sientes mejor. Esto suele ocurrir en el cuarto o quinto día de la enfermedad.

Para finalizar, podemos decir que los beneficios de la actividad física son muchos cuando estás enfermo, incluso puede ayudar a combatir ciertas dolencias y brindar alivio a personas con afecciones crónicas. De igual forma, permite tener un estilo de vida saludable, fortalecer los huesos y obtener un cuerpo sano y musculoso, lo que a su vez ayuda a mantener una buena postura y retrasar las molestias asociadas al envejecimiento.

 

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